domingo, 3 de julio de 2011

Mediados de Febrero

Los días de lluvia no cesaban, una llamada telefónica me sacó de mi letargo, de mi exilio de este mundo, de la sombra y la tranquilidad de mi hogar. No tomé mi mejor ropa, sino mi abrigo negro, mis jeans rotos y una franela blanca, no pensé que un reencuentro en un parque debía considerarse formal. Y así salí de encierro voluntario, las lluvias lo sabían todo, se enteraron de mi necesidad de salir y me dejaban en paz, no llovía, no hacía calor, solo fue un día nublado, un sol muerto que poco hacía en el cielo saludaba con desde a las nubes que lo cubrían, un suspiro de alivio se me escapa y me libera de dudas. El parque estaba vacío, solo una parejita risueña discutía por cosas que no nos incumben, veo el auto de la persona que me citó aquí hoy, y con pasos ligeros me dirijo hacia él; está vacío, así que busque un lugar con grama seca y allí me senté a esperar.
Una hora después mi espera parecía absurda, la pareja había dejado de pelear, hechas las paces se fueron agarrados de las manos, no sin antes desatar sus pasiones cerca de los columpios, haciendo un teatro para mi, único espectador presente, que al no saber la razón de su espera o qué carajo espera, se entrega a su naturaleza voyerista – ¿Quién no lo haría? – El chico era alto y moreno, algo promedio aquí, empero la señorita, si así podemos llamarle, era una pelirroja natural, delgada, de caderas anchas, senos redondos y apretados en una blusa lila escotada, la piel radiante de sus piernas resaltaba en la grama y en sus shorts negros – Bonitas piernas – Pensé - Bonito cabello – Pensé. Las manos de su acompañante no me permitieron ver su culo, eso será un misterio para mí. Me canse de esperar, mi entretenimiento morboso se ha ido, ya no quedaba nada para mí en ese lugar, empero el auto de mi convocador permanecía en el mismo lugar, vacío y sin visitas, así como yo, el convocado. Acaricio la grama por un momento, levanto la mirada cuando un ente fantasmal ante mis ojos, corriendo, serpenteando entre los columpios y subibajas, busco con los ojos a sus padres, no hay vestigio alguno de los acompañantes del niño, decido quedarme a observar un poco más al pequeño, un aspecto familiar en el niño hace que mi mirada desee protegerlo, luego el pequeño cachetón, cabello castaño y blanco como la nieve se acerca a mí y mira hacia el auto de mi ausente y supuesto acompañante, una brisa de seguridad acaricia su cara y con un precoz suspiro de abandonada indecisión me pregunta con una voz encantadora, familiar y nerviosa: ¿Usted es mi papá, verdad?
Así lo entendí todo, la ausencia de mi cita, los pocos detalles de la misma, el parecido del niño y con lágrimas en los ojos lo cargo y lo beso, y en un ataque de absoluta ansiedad le digo: “¡Si, yo soy tu papá!”.

Fefo (Rafael Eduardo Urdaneta Saraúz)
11/06/2011

domingo, 15 de mayo de 2011

A un hombre como yo no debería permitírsele el enamoramiento.

Las razones que me llevaron a esta conclusión no fueron simples, nada que incluya tal palabra lo es, empero las personas como yo no deberían enamorarse. ¿Por qué? - pues por el bien común mis queridos nocturnos, y como todo bien común, es algo que todos desean (sólo eso lo hace común), pero que sólo algunos disfrutan. No es por miedo al dolor, ya hemos sentido mucho, es por el miedo a causarlo. De no estar enamorados la vida regresaría a su forma más pura, más simple, más natural. El acto sexual sería una necesidad sólo vital para la prevalencia de la raza humana, pero no mis nocturnos, es un acto de entrega que profundiza en nuestros sentidos, sembrando temores y dudas y placer y confusión en muestra mente. Nosotros los que hemos vivido en amor sabemos que sigue un ritmo inconstante, se degenera con el tiempo, eso, o evoluciona. Sin embargo, sí nos enamoramos entregamos nuestra libertad, las ataduras de moralidad que desde nuestro nacimiento nos penetran, nos violan y nos inhiben, se ven reforzadas con las cadenas del amor. El libertinaje muere, la horrible empatía evoluciona en nuestro cuerpo. La odiamos como la odiamos. Aquellos que creemos en las maravillas del individualismo, nos vemos obligados, condenados, por la belleza. Es un dolor de cabeza perpetuo. Entonces pienso que el amor me hace más daño. Cada día que crece me lástima, y a otros también. También me aburre, ese aburrimiento me confunde y con esa confusión los dejó mis queridos nocturnos - ¡Regocíjense con mis inquietudes y complázcanme con sus análisis! ¡Los amo mis queridos nocturnos!

2011-05-15
Fefo (Rafael Urdaneta Saraúz)

domingo, 20 de marzo de 2011

La tomé con las manos y le dije: “¡NO te mueras por favor, no te mueras!”

No hay algo peor que no tener esperanza, pero el olor a muerte lastima nuestro corazón, un fin de semana maldito, un fin de semana triste. Sus ojitos no me miran, sus costillitas se sienten y con lágrimas en los ojos repito constantemente - ¡No te mueras por favor, no te mueras! – Mi corazón se quiebra en pedazos diminutos difíciles de recoger, su cadavérico rostro no tiene esa expresión juguetona que durante un mes me miraba pidiendo perrarina con leche y afecto, ahora solo pide piedad, lo miro y dándole energía a mis palabras le digo - ¡No te mueras por favor, no te mueras! -
Reunidos con sus hermanitos más fuertes la pequeña espera, nosotros esperamos, una noche larga y maldita, el dolor, el peor dolor del mundo. Ya la negación desaparece de mi mente, ya no me importa el dinero ni el tiempo perdido, veo con claridad dentro del corazón de mi novia, mi hermano, mi madre y mis amigos, veo dentro de mi pecho y lo siento tanto, tanto.
Su madre desde la ventana aúlla, ella entiende lo que sucede. La impotencia que debe estar sintiendo, la misma que todos nosotros. Aceptar la muerte es difícil para todo ser, más que difícil es horriblemente doloroso. Ahora nuestras manos la levantan y nuestras almas le piden -¡No te mueras por favor, no te mueras! - Alegra otra vez a este mundo tan triste, mueve tu colita otra vez, fastídianos en la noche, así como todas las noches, despiértanos a las tres y pídenos que te subamos a la cama, no te mueras por favor.
Rafael Urdaneta (Fefo)
20/03/2011

miércoles, 23 de febrero de 2011

Torcido

En dos días mi perspectiva ha cambiado,
Ahora sonrío humildemente ante mis compañeros,
Que derechos y con ojos de lástima suspiran y ríen esperando mi pronta recuperación.
Mi campo de visión está limitado,
Ahora no veo a aquellos que quisiera ver;
Triste me hundo en la efímera necesidad de extrañar esas miradas
Que sutilmente se enamoran de mí. No los veo.
Paso por su lado indiferentemente, casi ciego.
Ve a mi derecha y te olvidaré,
Encuentra mi izquierda y lloraré por ti cuando mueras. Empero,
Te aburriré y me aburrirás, todo en mí será tedioso.
No estoy cerca de ser inválido, lo sé, pero así lo siento;
Búrlate de mí, encuentra en mí regocijo,
Regodéate en la tranquilidad que te ofrece mi pesar.
Recuerda este momento,
No te atrevas a olvidar mi sufrimiento,
Yo me encargaré de que sufras lo suficiente, me recuperaré.

Rafael Urdaneta
23 – 02 - 2011

lunes, 21 de febrero de 2011

Despierto amarillo

No entiendo esta superflua tranquilidad, es una mañana más en mi vida, empero, no la entiendo, siento que no la necesito, sin embargo es mi deber disfrutarla. No necesito este frío reconfortante, no necesito el impulso de levantarme y comenzar mi día; me quedaré aquí para siempre, no sonreiré mas con la luna, ni miraré al sol con recelo, solo me quedaré aquí, vigilante ante esta efímera tranquilidad. No me importa la luz que entra excesivamente por mi ventana, amarilla y tibia, no me molesta. Mi asquerosa e incómoda cama hace todo lo posible para que abandone mi estado de absoluta e inexorablemente efímera tranquilidad, no lo logrará.
Tengo un dolor intenso en la espalda, ahora el mundo está en mi contra y mi pereza se hace más fuerte, el reloj de pared en mi cuarto se detuvo hace horas - ¿Habrán pasado solo unos minutos o ya estará amaneciendo nuevamente? – Tengo al mundo en mi contra, mis necesidades biológicas me exigen una satisfacción, negligente cuerpo mío expíame de ellas, no las necesito. No podré seguir aletargado, siento un calor líquido y un poco de placer, ahora estoy obligado a levantarme, he perdido contra las necesidades - ¿Quién las necesita? ¡Ahora entiendo!

Rafael Urdaneta (Fefo)
21 – 02 - 2011

lunes, 14 de febrero de 2011

Feliz día de los enamorados

¡Te amo! - La palabra maldita - Aquellos merecedores de la misma, buscadla sin cansancio... Esos que la proclaman sin tenerla ¡callaos y empezad a sentidla!
Rafael Urdaneta 24 - 05 - 2010
REUS

domingo, 30 de enero de 2011

Auxilio

Queridos nocturnos, me encuentro sumergido en un limo de completa distracción, mis ideas yacen en el fondo ahogadas entre tanta cotidianidad. Compañeros nocturnos, los invito a despertar mi creatividad e imaginación, mi cuento de nunca acabar está en crisis, que fiasco. Extráñenme, yo los extraño. Extraño la soledad de mis palabras, extraño al fantasma del recuerdo, extraño la agónica inconformidad de los susurros del viento tibio, el aliento de mis nocturnos. El vicio, soy victima del vicio, es la carne de mi amante, el sabroso elixir del ron espirituoso, la verdad, soy victima de todos ustedes.

Rafael Urdaneta Saraúz (Fefo)
30 – 01 - 2011