viernes, 27 de septiembre de 2013

Enséñame a ser puta

Te enseño a ser puta, pues el amor de tus días bonitos perece en la mortecina sonrisa de esos ojos caramelo, que humedecidos por la brisa lluviosa de la tarde y por la emoción que ese corazón que acabas de romper sopla sobre ti, sobre mi y sobre ellos, se cierran para sentir el calor reconfortante del abrazo de los párpados.

Te enseño a ser puta, pues estos sentimientos fútiles embarran con semen rencoroso esos sueños de familia que siempre existirán y harán daño, trampas oníricas sobre las que reímos antes de ser activadas, fundamentos engañosos para una vida feliz.

Te enseño a ser puta, con la condición de que sean mis labios los que escriban en el aire las historias ficticias de tus hazañas sexuales, sin importar los  reproches, ni lamentaciones de tu parte, pues mi corazón aterido encuentra el calor vital en los senos de una diosa de belleza fantástica y espíritu amazónico que aún no entiende que el daño en mi no tiene cura.


Te enseño a ser puta, pues en las mil cartas que el fuego quemo murió el respeto y el autoestima de mis ángeles guardianes, querubines con los pañales cagados, que ahora lloran implorando por el regreso de la dignidad que huyó de mi alma cuando el humo disfrazó el llanto de los ojos caramelo.

Te enseño a ser puta.
18 de Agosto, 2013
                                                                                              Rafael Urdaneta Sarauz (Fefo)